Sin lugar a dudas, cuando las instalaciones solares térmicas funcionan bien, los beneficios para los vecinos son inmensos. Las comunidades de propietarios que cuentan con este tipo de sistemas aprovechan la luz del sol para producir, sin gastar combustible, agua caliente sanitaria (ACS) e, incluso, calefacción. Por experiencia propia, hemos visto que en las instalaciones mejor diseñadas y optimizadas los rendimientos pueden ser superiores al 115%.
No obstante, la realidad es que existen otros edificios residenciales en los que estas instalaciones no están bien diseñadas, o que no funcionan bien debido a un mantenimiento deficiente que ha terminado produciendo averías.
Algunos de los fallos más comunes son que se produzcan fugas o, en época de frío, que no se haya echado anticongelante al circuito de energía solar térmica, por lo que termina reventando alguno de los paneles.
Regulación y control
Lo grave de esta situación es que los vecinos no se dan cuenta de que su campo solar no funciona hasta que es demasiado tarde y toca hacer derramas para arreglar la instalación. O cuando reciben la factura energética, se encuentran con que esta es más elevada de lo habitual ya que, cuando la instalación solar térmica falla, se sigue produciendo agua caliente y calefacción gracias a la caldera, por lo que el gasto en combustible aumenta.
Para evitar este tipo de situaciones lo aconsejable es que dispongan de un buen sistema de regulación y control, como la telegestión, que mantenga la instalación permanente monitorizada y que alerte al mantenedor al instante si se produce cualquier tipo de avería en el campo solar como una baja presión, exceso de temperatura, fugas, etc.
Si no disponen de un sistema de regulación y control, se deberían realizar revisiones de la instalación solar térmica al menos cada quince días. Sin embargo, esta solución no suele ser viable debido a su elevado coste, por lo que muchas veces las revisiones se hacen cada tres meses y entonces los problemas han comenzado a ser graves, incluso con paneles que han llegado a reventar.
Por todo ello, conviene que las comunidades de propietarios inviertan en instalar un buen mecanismo de regulación y control en su instalación solar térmica. Una solución que, en muchos casos, llega a compensarse con los ahorros energéticos que se obtienen. Y es que, no hay que olvidar que cuanto mejor rendimiento tenga la instalación solar térmica, menos combustible se consumirá.
Si, además de un mantenimiento adecuado, se contrata un servicio de gestión energética, que optimice el funcionamiento del conjunto de la instalación térmica, los beneficios energéticos y económicos se multiplican.
En estas cuestiones no conviene escatimar ya que, “lo barato sale caro” y, si debido a un mal mantenimiento de la instalación solar es necesario realizar arreglos después, el gasto es doble: no solo no obtenemos energía gratuita del sol para producir agua caliente (y calefacción en algunos casos), sino que además la cuantía del arreglo puede ser elevada para poder poner en marcha de nuevo la instalación.
Autor: Guillermo Alonso, ingeniero industrial
Fuente: Ciudad & Comunidad. El blog de los Administradores de Fincas de Madrid, CAFMadrid
Imagen: Zbynek Burival en Unsplash