Puede que los días de más frío de este invierno hayan pasado ya. Puede, por el contrario, que estén por venir. ¿Qué hacemos entonces con la calefacción de la comunidad: la mantenemos, la subimos, la bajamos…? Existe un pequeño dispositivo que nos permite regularla en tiempo real y, además, ahorrar: la válvula termostática. Pero ojo: no es la panacea. Conviene saber para qué sirve, cómo usarla y qué no se le puede pedir. Nos lo cuenta Antonio Ocaña en Ciudad & Comunidad, el blog del Colegio de Administradores de Finas de Madrid (CAF Madrid):
Cada vez son más las comunidades de propietarios con calefacción central conscientes de los beneficios de instalar válvulas termostáticas en los radiadores.
Estos dispositivos tienen varias ventajas. En primer lugar, ahorran: permiten disfrutar temperaturas en cada estancia según el uso e, incluso, programar o apagar la calefacción durante nuestra ausencia. De ese modo se ahorra energía y el usuario consigue confort cuando y donde lo necesita.
Pero, además, también benefician a la instalación comunitaria en su conjunto, ya que para que las válvulas funcionen adecuadamente se ha de equilibrar hidráulicamente todo el circuito de calefacción. De este modo llega caudal de agua suficiente a todos los radiadores, para que en todas las viviendas se pueda disfrutar del mismo confort. Con ello habremos conseguido que los pisos más alejados de la sala de calderas tengan calefacción y, al mismo, evitado que los residentes en otros tengan que abrir ventanas, lo que se traduce en confort para todos y menos gasto energético.
Ahorro en calefacción
No obstante, a pesar de los beneficios de este sistema, persisten algunos mitos inciertos sobre el uso de estos dispositivos que conviene desmontar, para terminar con las dudas e inquietudes de algunos usuarios.
Uno de los más frecuentes es que si una vivienda cierra las válvulas de sus radiadores para ahorrar energía, las colindantes pagarán más. La realidad, sin embargo, demuestra que el ahorro medio en la instalación oscila entre un 25-35% y, dado que las principales pérdidas energéticas se producen hacia el exterior, en muros y ventanas, las pérdidas con las viviendas colindantes apenas influyen en el gasto final.
Otro mito con respecto a las válvulas termostáticas es que hay quienes esperan “tener calefacción siempre que quieran a la temperatura que quieran”, cuando en realidad esto depende de los horarios y la temperatura de consigna que haya acordado la comunidad.
Pero sí se puede, gracias a las válvulas termostáticas, disfrutar de una calefacción a la carta, 24 horas al día, si así lo decide la comunidad. De hecho, disponer de un sistema de control como son las válvulas termostáticas permite poner fin al despilfarro energético que supone tener un sistema de calefacción sin ningún tipo de regulación y destinar esa energía ahorrada a tener calefacción todo el día.
Para hacerlo con éxito, recomendamos instalar una sonda ambiente en el interior de la vivienda más fría, que será la que determinará la temperatura de impulsión al circuito de calefacción en función de las necesidades reales y hará posible utilizar la energía malgastada durante el día para mantener el confort durante la noche sin incrementar el gasto.
Las válvulas termostáticas, como hemos dicho, harán el resto en cuanto a ahorro energético y confort.
Fuente: Ciudad & Comunidad. El blog de los Administradores de Fincas de Madrid, CAFMadrid
Imagen: Domenico Loia