Por Antonio Ocaña. Ingeniero industrial y experto en Gestión Energética
La antigüedad de la instalación o los problemas estructurales hacen necesario que, con el paso del tiempo, haya que renovar la red de tuberías. A menudo, los propietarios de las viviendas se echan “a temblar”, pensando que este proceso terminará con una molesta obra civil que podría afectar tanto a las zonas comunes como a las privadas. Sin embargo, minimizar estos inconvenientes es posible si se siguen algunas recomendaciones.
En primer lugar, conviene saber que existen soluciones que afectan de manera más moderada a los edificios. Siempre que el estado de la instalación lo permita, se puede acometer una limpieza de las tuberías existentes con un sistema abrasivo y recubrir posteriormente el interior de la tubería con una resina epoxi, que dota a la instalación existente de la durabilidad y prestaciones de una instalación nueva.
Se puede acometer una limpieza de las tuberías con un sistema abrasivo y recubrir posteriormente el interior con una resina epoxi.
En segundo lugar, para saber si esta solución es o no posible, y que cualquier tipo de actuación en la red de tuberías se realice de manera adecuada, lo mejor es ponerse en manos de empresas capaces de ofrecer un servicio integral.
Elección del proveedor
Por un “servicio integral” ha de entenderse desde dimensionar correctamente la instalación y elegir los sistemas y materiales adecuados hasta proveer dicho material y los accesorios de montaje correspondientes, realizar el aislamiento de las tuberías con los espesores adecuados (al menos, deberán cumplirse los aislamientos establecidos en el RITE), ocuparse de la válvulas de corte y del equilibrado hidráulico de la instalación, prestar asistencia en labores de albañilería imprescindible y, finalmente, velar para que en la puesta en marcha de la instalación todo funcione de manera adecuada.
Por último, para que los problemas en la red de tuberías no vayan a más, nunca se deben posponer estas reformas de manera indefinida ya que eso puede generar problemas mayores y, a la larga, aumentar el coste de las reparaciones.
Desequilibrio hidráulico y obstrucción
Un caso típico es el de las tuberías de hierro galvanizado, en las que es posible que se hayan realizado arreglos utilizando cobre. Si estas uniones no se han realizado de manera adecuada, pueden producirse roturas y oxidación en ciertos puntos de la red de tuberías. En casos como estos, la suma de las pequeñas reparaciones que hay que realizar de vez en cuando generan un gasto extra y, al final, la renovación de la red de tuberías deberá acometerse de igual manera.
No son los únicos problemas a los que deben enfrentarse muchos edificios, que además cuentan con desequilibrios hidráulicos (un problema generado en la fase de diseño si este no se ha realizado correctamente) y la obstrucción de tuberías que se genera cuando, por efecto del paso del tiempo, el diámetro interior de ida y de retorno disminuye debido a la incrustación de cal, lodo y otras impurezas que transporta el agua.
Los usuarios muchas veces pueden llegar a notar este problema porque en sus viviendas no les llega el agua caliente con el caudal adecuado, o porque llega con partículas y/o con una coloración amarillenta.