La renovada corporación municipal, con Manuela Carmena como alcaldesa, deberá tomar importantes decisiones a corto plazo. Entre éstas, destaca, por su relevancia para la ciudad y su calado económico, las actuaciones urbanas en marcha (Chamartín, Campamento y Calderón), donde se contempla la construcción de miles de viviendas.
Fundamentalmente, está sobre la mesa consistorial la Operación Chamartín, relanzada a principios de año por sus promotores y por toda la Administración (municipal, autonómica y estatal). Este proyecto, además de suponer la regeneración de la cara norte de la capital, albergaría 17.739 pisos (1.774 protegidos) y un innovador distrito de negocios.
El plan de reforma parcial de la Operación Chamartín, oficialmente llamada Prolongación de la Castellana, está ya redactado y a falta de ser ratificado en pleno. Este visto bueno, sin embargo, se antoja a priori más que complicado escuchando a Carmena y leyendo el programa electoral de Ahora Madrid, donde se propone una «revisión integral del planeamiento urbanístico» y «elaborar una auditoría y paralizar las operaciones urbanísticas especulativas»
Habrá que ver, en este sentido, qué peso tiene el respaldo del PSOE en la toma de decisión de Carmena, toda vez que los socialistas no se han mostrado tan beligerantes con la Operación Chamartín. «Es necesario replantearla», comentaban desde la candidatura de Carmona a este suplemento días antes de las elecciones, renegando, sobre todo, del alto coste que tendría para el Consistorio.
Ante el confuso panorama político sobre el proyecto, incluso Francisco González, presidente del BBVA, se ha pronunciado, recordando que con la actuación se crearán 120.000 empleos y reportará más de 3.300 millones de euros a las arcas públicas. «Es un gran proyecto que crea riqueza para todos», ha asegurado, en clara alusión al mensaje sobre el reparto de la riqueza de Carmena. Además, según Samuel Población, director nacional de Suelo y Residencial CBRE, «Desde la óptica de la demanda, la actuación tiene todo el sentido del mundo porque el stock de obra nueva en Madrid se está agotando, apenas quedan parcelas residenciales en los PAU del norte y mucho menos dentro de la M-30”.
Por último, para Antonio Pleguezuelo, director del área de Urbanismo de Aguirre Newman, «la prolongación de La Castellana es clave desde el lado funcional e inmobiliario». «17.000 casas no es un exceso en suelo urbano», especifica. Pleguezuelo lo justifica mencionando el buen ritmo de venta en proyectos como Raimundo Fernández Villaverde, las cocheras de Cuatro Caminos, Arroyo del Fresno o en los próximos a la Plaza de Castilla.
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