En la fachada donde hasta hace poco lucían los capiteles de «un orden inventado similar al corintio» ahora hay una capa anodina de cemento gris. Encajado entre la calle Montera y Tres Cruces, el Pasaje del Comercio, una de las contadas galerías históricas que quedan en la capital, ha perdido su ‘ADN’ ornamental en el transcurso de las obras de rehabilitación que está realizando la comunidad de propietarios.
La denuncia la hicieron el pasado 19 de noviembre los miembros de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio tras pasear por allí en uno de sus denominados «recorridos peatonales críticos». Nueve días después, el Ayuntamiento de Ana Botella decretaba la paralización de los trabajos porque, «efectivamente, se estaban destruyendo elementos artísticos» en un edificio que «tiene una protección integral».
El antiguo Pasaje de Murga, hoy conocido como Pasaje del Comercio, fue construido en la primera mitad del siglo XIX. De su veintena de locales ahora apenas quedan abiertas media docena de tiendas que desde el pasado mes de marzo son vecinas de una caseta de obra y una hormigonera, ahora en paro.
La fachada de la derecha de la galería según se entra desde el número 33 de Montera tiene un andamio cubierto con una tela verde, tras la que aún se adivinan los capiteles y ornamentos varios que en la de la izquierda han sido ‘borrados del mapa’. En esa otra fachada tapizada de hormigón sólo se conserva el diseño original en un esquinazo de apenas dos metros de ancho que pertenece a la otra comunidad de vecinos del inmueble, la de la calle Tres Cruces.
‘Nos quedamos pasmados’
«Cuando, precisamente el Día Internacional del Patrimonio, unos 200 miembros de la asociación pasamos por allí y vimos lo que estaban haciendo nos quedamos pasmados», explica Vicente Patón, arquitecto y presidente de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, que denunció la situación tanto en el Gobierno regional como en el Ayuntamiento de la capital. «El compromiso ahora es que lo van a rehacer igual que estaba, pero obviamente ya no será el original, sino una reproducción», se lamenta.
En la Junta de Distrito Centro dicen que están pendientes de convocar una reunión con la comunidad de propietarios y Jocabe, la empresa que estaba realizando la rehabilitación, para determinar qué pasos tienen que seguir ahora.
Desde que se paralizaron los trabajos el 28 de noviembre cada día se personan en el Pasaje del Comercio varios agentes de la Policía Municipal para asegurarse de que no se está moviendo ni una piedra, lo que supondría «un delito de desobediencia a la autoridad tipificado en el art. 556 del Código Penal».
Vecinos atónitos
A todo esto, los vecinos de las alrededor de 40 viviendas del complejo a las que se accede desde Montera están casi tan atónitos como cabreados. «Si nos hubieran preguntado les habríamos enseñado el proyecto y esto no habría pasado», señalaba ayer por la tarde uno de ellos resumiendo el sentir de la mayoría.
Según argumentan, debido a la construcción de la estación de Renfe bajo la Puerta del Sol salieron unas grietas en el edificio, que Patrimonio les instó a subsanar. Aparte de las «obras de obligado cumplimiento para resolver los problemas estructurales», decidieron acometer otras mejoras.
Respecto a la polémica de la desaparición de los elementos ornamentales de las fachadas apuntan dos detalles: que los han retirado sólo temporalmente, pero «están guardados» esperando a ser repuestos, y que, en todo caso, «ya no son los elementos originales, sino piezas de escayola que los imitan» y que fueron sustituidas en previas rehabilitaciones, la última hace unos 25 años.
Inspección
En la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio insisten el que inmueble tiene «valor integral», que «es una protección altísima», y que «si hubieran pedido licencia para hacer lo que han hecho no les habrían autorizado».
«El Ayuntamiento ahora no tiene prácticamente inspectores recorriendo las calles para supervisar las obras y hay un nivel de impunidad importante», concluye Vicente Patón, que ya consiguió paralizar el pasado mes de julio las obras de demolición del Palacio de la Sueca, junto al Rastro.
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