Los administradores de fincas son el centro de críticas de los vecinos cuando algo se rompe en el edificio o la convivencia se hace insoportable.
En cambio, su papel va mucho más allá. El colectivo gestiona anualmente entre 34.000 y 40.000 millones de euros y produce más de 2.600 millones de euros, según los últimos datos que maneja el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE).
A pesar de ese ingente volumen de dinero que pasa por sus manos, cada vez son menos los propietarios que acuden a las juntas de vecinos. La mayoría desconocen quién es su administrador de fincas.
En ocasiones, pueden ocurrir diversos problemas como es además de la sustracción de dinero, se pueden dar otro tipo de prácticas fraudulentas, como el incremento de los precios de los servicios y contratos por cobro de comisiones encubiertas. En los foros de internet se pueden leer quejas sobre administradores que no han abonado el seguro anual o que realizan gestiones poco transparentes.
En estos casos, un administrador gestiona todos los ingresos y gastos de las comunidades en una sola cuenta y solo él puede acceder, lo cual es un peligro. Para evitar problemas, la cuenta debe ser mancomunada, con dos o más titulares representantes de la comunidad, además del administrador.
Las obligaciones de este profesional están definidas en la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), la norma que regula la convivencia vecinal.
Precisamente, una de las cuestiones que más debate generan es si el administrador debe estar obligatoriamente colegiado para poder ejercer. Los colegios de administradores y el CGCAFE defienden que es un requisito indispensable y se apoyan en el Decreto 693/1968, por el que se crea el Colegio Nacional Sindical de Administradores de Fincas, y en una sentencia de 2016 del Tribunal Supremo que falló a su favor.Atendiendo a la LPH, el cargo de administrador podrá ser ejercido por cualquier propietario, así como por personas físicas con cualificación profesional suficiente y legalmente reconocida para ejercer dichas funciones.
¿Cómo elegir administrador de fincas? Los colegios insisten en la importancia de contratar a un profesional colegiado, entre otras cosas porque disponen de un seguro de responsabilidad civil y otro de caución que siempre garantiza los bienes de los clientes
La mejor forma de fiscalizar la labor de un administrador es «la transparencia”. En cuanto a los conocimientos que deben o deberían tener son muy diversos: seguridad de los ascensores, sistemas de extinción de incendios, libro del edificio, firma digital, gestiones tributarias, contratos de energía, seguros, contabilidad, protección de datos, sin olvidar la mediación.
Actualmente, hay más comunidades que administradores.
Fuente «El País»