l
Las comunidades de vecinos están desbordadas por la elevada tasa de morosidad: el 23,5% de los edificios de la región tienen algún residente que no paga las cuotas, según registros del Colegio de Administradores de Fincas. Además, tienen que hacer frente a un alto nivel de gastos, por las exigencias de la Inspección Técnica de Edificios y las continuas derramas para hacer obras. En las urbanizaciones de los PAU madrileños, los costes de mantenimiento se disparan. Para soportar estos gastos, sus gestores están extendiendo un sistema para intentar cuadrar las cuentas: además de pagar la cuota mensual de la comunidad, los vecinos tienen ahora que pagar también una tarifa por utilizar las pistas de pádel o de tenis, los locales comunitarios o la piscina. En definitiva, un sistema de repago.
La individualización del cobro de servicios no esenciales está avanzando en los últimos meses, no solo en urbanizaciones de alto nivel, sino también en zonas de expansión urbanística como los PAU de Vallecas o de Carabanchel», apunta Adolfo Calvo-Parra, secretario técnico del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid. Fuentes del Colegio estiman que este método de cobro, pese a su novedad, ya está implantado aproximadamente en un 6% de urbanizaciones. «Los casos van a más, motivados fundamentalmente por la crisis», añaden.
Unos lo llaman «cobro individualizado», para otros es un «reparto de costes». En definitiva, se trata de sufragar los gastos de conservación de las instalaciones mediante un sistema de repago por los servicios: hasta ahora, el mantenimiento de pistas deportivas y locales vecinales estaba incluido dentro del recibo mensual de la comunidad, pero ahora se empieza a optar por cobrar una tasa separada en función del uso. «El objetivo es que cada uno pague por lo que use. El que no utiliza una pista de pádel no tiene por qué costear su mantenimiento», añade Calvo-Parra.
Por ejemplo, una urbanización del PAU de Carabanchel (en la avenida de la Peseta) implantó una tarifa de 2 euros por utilizar la pista de pádel, con el objetivo de sufragar el gasto en luz, limpieza y mantenimiento. Este verano también ha empezado a cobrar 10 euros por el ‘alquiler’ del local comunitario, donde se celebran reuniones de vecinos y fiestas de cumpleaños. «Antes el uso era libre. Pero con la cuota no se llegaba para cubrir costes, así que se propuso a los propietarios la inclusión de estas tarifas y lo aprobaron por mayoría», explica el que era administrador de la finca en el momento de la implantación de la tasa.
«Hay muchos servicios que mantener»
En otra urbanización del norte de la capital cobran un euro por usar el gimnasio y dos euros por el spa. «Los vecinos nos estaban pidiendo que aliviáramos la cuota de la comunidad porque pagar 400 euros al mes se hace muy cuesta arriba en estos tiempos. Hay muchos servicios que mantener y muchos gastos, y con los niveles de morosidad que tenemos las cuotas acaban subiendo mucho. Como solución introdujimos estas tasas», asegura Lourdes Tejedor, de Administraciones TDI. En otras promociones hay que comprar vales para usar la piscina. E, incluso, se está empezando a cobrar por usar los espacios libres del garaje como trastero.
La implantación de estas tasas está amparada legalmente por la Ley de Propiedad Horizontal. Para que se pueda llevar a efecto debe ser votado por los propietarios y aceptado por la mayoría de ellos. En algunos casos, se opta por modificar el reglamento interno de las comunidades (para lo que basta con el voto favorable de tres quintas partes de los residentes); pero los expertos aconsejan que se modifiquen los estatutos, con el voto unánime de todos los propietarios. «Es una cuestión tan peliaguda que es aconsejable hacerlo bien, aprobándolo por unanimidad. Si no se hace así puede provocar tensiones entre vecinos que no quieran pagar más por esos servicios, lo que puede enrarecer el clima de vecindad», explica el asesor jurídico Pablo Benítez.
Vecinos divididos por el pago de tasas en la escalera
De hecho, en algunas promociones, el repago está generando tensiones. Es el caso de una urbanización en la avenida de la Peseta de Carabanchel. «Tenemos que pagar por usar el local donde hacemos cumpleaños y reuniones, y está suscitando bastante polémica. Yo, por ejemplo, no estoy de acuerdo con estas tarifas porque es volver a pagar lo que ya he pagado. En la mensualidad ya están incluidos estos gastos. Si nos hubieran bajado la cuota, al menos tendría un sentido, pero es que seguimos pagando lo mismo cada mes», cuenta Loli, una vecina de la urbanización.
María, otra residente, sostiene la opinión contraria. «Me parece bien este cobro separado para tener un fondo con el que mantener las instalaciones. Así se conservan mejor las cosas que son de todos y nos ahorramos tener que hacer derramas para pintar o para pagar la luz. Sé que hay vecinos que no están de acuerdo, pero en las escaleras de vecinos siempre hay opiniones diferentes», explica esta vecina. La polémica llegó a tal punto que «tuvieron que dar marcha atrás al cobro de una tasa por utilizar la pista de pádel porque la gente se quejaba», explica un portero de la finca, que se encarga de reservar el local comunitario y ‘recaudar’ la tasa.
Foto vía: Pedro Agüera vía photopin cc | Noticia vía: 20minutos.es