Los pisos fantasma son cada vez más un foco de problemas para los vecinos

In Noticias by SYM Soluciones y Mediaciones | Administración de Fincas en Madrid

Hoy en día, muchas comunidades de propietarios en España se enfrentan a las complicaciones que generan las viviendas que se quedan vacías tras el fallecimiento de sus dueños. Suponen deudas acumuladas y riesgo de ocupación,también conocido como “un piso fantasma”

Esto supone un gran problema para los vecinos; y sin embargo, es una alegría para los herederos. Son muchas y cada vez más las viviendas que, tras el fallecimiento de su propietario, quedan abandonadas durante años sin que se tenga conocimiento de la existencia de herederos que se hagan cargo del piso y de las deudas comunitarias que se acumulan.No solo descuadran las cuentas vecinales, sino que generan suciedad e inseguridad y devalúan los pisos.

La casuística es muy diversa. A veces pasan años hasta que el administrador de fincas o algún propietario se da cuenta.En estos casos, los beneficiarios por derecho suelen ser familiares que viven en otra ciudad o país y que no conocen de la existencia del fallecido o hace décadas que no saben de él.

Cada vez más vecinos, administradores de fincas y agencias inmobiliarias recurren a empresas que se encargan de localizar a herederos y desenmarañar el enredo. Estas compañías se ocupan de todo el proceso sin que los vecinos tengan que pagar un euro. Puede tardar entre seis y nueve meses si es nacional y de uno a tres años si es internacional.Sus principales funciones es buscar certificados de nacimiento, matrimonio o defunción en registros, iglesias o archivos históricos. También recurren a agencias de detectives privados. Una vez que encuentran a los familiares, viajan hasta donde se encuentran y les explican lo que han heredado.

Más tarde, el heredero da un poder a la empresa para que gestione todo el proceso: declaración de herederos, adjudicación de bienes, pago de impuestos e inscripción en el Registro del inmueble. Se hace cargo de todos los gastos: notarías, impuestos e incluso se encargan del desahucio si la vivienda estuviera ocupada.

La compañía cobra el 30% del beneficio neto que les queda a los herederos, una vez descontados gastos, deudas e impuestos. Y una vez gratificado el chivatazo que da el administrador de fincas o el vecino, porque compensan con el 10% de lo que cobran a quien les ponga sobre la pista de algún legado olvidado.

En el 90% de los casos, los parientes deciden vender el piso porque no tiene ningún valor sentimental para ellos y suele estar en una ciudad distinta a su lugar de residencia. Y no son muchos los que renuncian a estas herencias. Si lo hicieran, las empresas suelen ofrecer otras opciones, como comprarles los derechos hereditarios.

Fuente » El País»