Los peores tipos de vecinos que te puedes encontrar en una Comunidad de Propietarios

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El vecino moroso
Nuestra primera posición es, sin lugar a dudas, para el vecino moroso. Se trata de una de las especies más extendidas en el mundo de las Comunidades de Propietarios y que más se ha reproducido durante la crisis. Hay dos tipos de vecinos morosos:

⇒ El “moroso profesional”: es el moroso crónico, no paga el recibo de la comunidad de propietarios o lo paga tarde sencillamente porque no quiere. Está por encima del bien y del mal y aunque no tiene problemas económicos, no paga porque él lo vale.

⇒ El moroso por obligación: se trata del propietario que está pasando por una mala racha económica y puede hacer frente a los gastos de la comunidad. No confundir nunca con el moroso profesional.

El vecino okupa
Uno de lo más problemáticos y en mayor expansión. Como sucede con el vecino moroso, existe el okupa profesional que ha hecho de la ocupación su modo de vida y el okupa por necesidad que ante una situación extrema se ve en la obligación de ocupar una vivienda de forma ilegal.

El vecino trastornado
Sus orígenes se remontan a la época de las cavernas.  Existen pinturas rupestres con 14.000 años de antigüedad que ya certificaban la existencia del vecino trastornado. Existe un gran abanico de trastornos como el vecino agresivo, el vándalo, el que acumula basura, el que arroja objetos por la ventana o la loca de los gatos. Cada año se descubren nuevas subespecies del vecino trastornado desconocidas hasta la fecha.

El vecino fiestas
Es todo un clásico. Aunque existen excepciones a la regla, por lo general, el perfil del vecino fiestas está muy bien definido: suele ser joven, soltero y vivir solo o compartir piso con otros de su especie. Para el vecino fiestas siempre hay motivos de celebración.

El vecino músico
Puede llegar a confundirse con el vecino fiestas pero son muy diferentes. Piano, guitarra, trompeta… son algunas de sus armas. No tiene horarios definidos y puede sorprendernos con un solo de guitarra a cualquier hora del día y de la noche. Se complementa a la perfección con el vecino vocalista.

El vecino traficante
Es un vecino discreto, trabaja desde casa y su horario es muy flexible aunque es especialmente activo durante las noches y fines de semana. Conduce coches de lujo, siempre da los buenos días en el ascensor y hasta que no le detiene la policía el resto de vecinos no sabe a qué se dedica.

La vecina madame
Es un perfil similar al del traficante pero todos en la comunidad saben muy bien a qué se dedica… Recibe a muchos “amigos” y “amigas” en su vivienda, lo que provoca un gran trasiego en la finca. El resto de propietarios puede sufrir daños colaterales de su actividad como llamadas al telefonillo a cualquier hora del día.

El vecino “patera”
Este vecino, alquila camas a inmigrantes en situación irregular, bien por horas o por días. Hacinados, pasan las horas dentro de la vivienda. Suele provocar graves problemas de inseguridad dentro de la finca por la gran rotación de inquilinos que disponen de llaves del portal. Cabe recordar que tal y como indica el artículo 7.2 de la Ley de Propiedad Horizontal, el propietario arrendador es responsable de las actividades molestas de los inquilinos si tiene conocimiento de estas.

Estos “géneros” de vecinos son compatibles entre ellos, el vecino fiestas puede ser perfectamente músico y además moroso, o el traficante puede estar completamente trastornado por lo que en ocasiones, sus “habilidades sociales” se suman y complementan. En todos estos casos, estos tipos de vecinos generan graves problemas de convivencia e inseguridad en las Comunidades de Propietarios.

Para evitarlos o al menos reducirlos sustancialmente, la instalación de cámaras de seguridad es la mejor solución, pues ayudan a prevenir y disuadir los actos vandálicos y antisociales además de mejorar la convivencia entre vecinos.

Fuente: www.prevent.es