La herencia low-cost que no existe en Madrid

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Quien se haya visto implicado en la donación de un piso entre parientes próximos, generalmente entre padres e hijos, sabrá los altos costes que esto supone. Si se dona una determinada cantidad de dinero, sólo se tributa por el impuesto de Donaciones y, además, la mayor parte de las comunidades autónomas lo bonifican. Pero si se transfiere al hijo es un inmueble, el «regalo» queda gravado por nada menos que tres impuestos distintos: Donaciones, Plusvalía municipal e IRPF. Frente a esta situación, algunas regiones de España han creado un mecanismo que podría considerarse una herencia en vida, y que abarata mucho los costes asociados a este tipo de transferencias. Este mecanismo se llama Pacto Sucesorio.

¿Qué es el pacto sucesorio?

El pacto sucesorio es una institución que permite ordenar la herencia futura y atribuir bienes o derechos antes de fallecer mediante un contrato. Supone, por lo tanto, una una entrega de la herencia en vida. Sin embargo, sólo puede llevarse a cabo en Galicia, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Baleares por parte de aquellos que cuenten con la vecindad civil, que se adquiere por nacimiento, por adopción, por residencia durante 2 años con manifestación de la intención de acogerse a dicha vecindad, o por residencia durante 10 años sin declaración en snetido contrario. En el resto de España no es posible.

La página web idealista ofrece una detallada información al respecto, que puede consultarse en este link.

¿Cuál es el futuro del pacto sucesorio?

Los que quieran y puedan acogerse a las ventajas del pacto sucesorio deberán darse prisa en hacerlo, porque según los expertos el futuro de esta institución está amenazado. Y es que la fiscalidad de estas operaciones podría incrementar notablemente en los próximos meses. En efecto, existe un Anteproyecto de Ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal que, entre las normas tributarias que pretende modificar, incluye acabar con los beneficios fiscales de los pactos sucesorios en el IRPF.

Fuente: idealista/news
Imagen: Szilvia Basso